La mentalidad de crecimiento es un concepto revolucionario en el ámbito del desarrollo personal y profesional, que ha ganado una relevancia significativa en los últimos años.

Fue desarrollado y popularizado por la psicóloga Carol S. Dweck, de la Universidad de Stanford, quien a través de su extensa investigación, identificó dos tipos fundamentales de mentalidades: la mentalidad de crecimiento y la mentalidad fija. 

La mentalidad de crecimiento se basa en la creencia de que nuestras habilidades y talentos son cualidades que podemos desarrollar a través del esfuerzo, la enseñanza y la perseverancia. Esto se opone directamente a la mentalidad fija, que sostiene que nuestras capacidades son innatas e invariables, lo que implica que no podemos cambiarlas significativamente con el tiempo.

La importancia de adoptar una mentalidad de crecimiento reside en su capacidad para transformar nuestra forma de enfrentar desafíos, superar obstáculos y perseguir el éxito. 

Las personas con una mentalidad de crecimiento tienden a ser más resilientes frente a las adversidades, más abiertas a recibir y aprender de la retroalimentación, y están más dispuestas a esforzarse y experimentar para mejorar sus habilidades y conocimientos. 

Esta mentalidad no solo es aplicable en el desarrollo personal, sino que también juega un papel crucial en el entorno profesional, donde la capacidad de adaptarse y crecer continuamente es fundamental para el éxito y la innovación.

Comprender y adoptar una mentalidad de crecimiento es esencial para el éxito en todos los aspectos de la vida. Permite a las personas expandir sus horizontes, superar limitaciones autoimpuestas y alcanzar su máximo potencial tanto en su vida personal como profesional.

Mentalidad de crecimiento vs. Mentalidad fija.

La diferencia entre una mentalidad de crecimiento y una mentalidad fija es mucho más que una simple discrepancia en la actitud; es una divergencia fundamental en la forma de abordar la vida y sus retos. 

Aquellos que poseen una mentalidad de crecimiento ven los errores y los fracasos no como finales inamovibles, sino como escalones esenciales en el camino del aprendizaje y el desarrollo personal. Esta perspectiva les permite abordar los desafíos con una actitud positiva y una disposición a persistir, incluso ante las dificultades.

En contraste, las personas con una mentalidad fija tienden a ver sus habilidades y talentos como rasgos fijos e inalterables. Esta creencia les lleva a evitar situaciones que podrían exponer sus limitaciones, ya que interpretan los fracasos no como oportunidades de crecimiento, sino como reflejos de deficiencias personales inmutables. Como resultado, se desaniman fácilmente cuando las cosas no salen como esperaban, y pueden renunciar rápidamente a sus esfuerzos.

La mentalidad de crecimiento, sin embargo, impulsa a las personas a buscar retos, a aprender constantemente y a considerar el esfuerzo como un camino hacia el mejoramiento. Este enfoque se basa en la idea de que las habilidades se pueden desarrollar a través de la dedicación y el trabajo duro. Así, los fracasos se convierten en lecciones valiosas que informan y mejoran la práctica futura.

Por otro lado, la mentalidad fija puede llevar a una actitud defensiva hacia el aprendizaje y el desarrollo personal.

Los individuos con esta mentalidad pueden sentirse amenazados por el éxito de los demás y pueden ser reacios a tomar riesgos, lo que a menudo limita su potencial de crecimiento y éxito.

Mientras que la mentalidad de crecimiento fomenta una actitud abierta, flexible y resiliente ante los desafíos de la vida, la mentalidad fija a menudo conduce a una postura más rígida y limitante. Esta comprensión es crucial para cualquier persona que busque no solo alcanzar sus objetivos, sino también expandir continuamente sus horizontes y capacidades.

Características clave.

Entre las características más destacables de ambas mentalidades, podemos destacar: 

Mentalidad de CrecimientoMentalidad Fija
Buscar activamente desafíos y oportunidades de aprendizaje
Exploran nuevas áreas, aprenden habilidades y expanden horizontes. No se conforman con lo que ya saben y siempre buscan maneras de crecer y mejorar.
Evitar retos por miedo al fracaso
Prefieren quedarse en su zona de confort para evitar el riesgo de fallar, limitando su desarrollo personal y profesional.
Persistir frente a los obstáculos, viendo el esfuerzo como un camino hacia la maestría:
Consideran los obstáculos como indicadores de progreso y oportunidades para fortalecer habilidades y resiliencia.
Rendirse fácilmente ante los obstáculos:
Ven los desafíos como barreras insuperables, no como oportunidades de crecimiento, lo que les impide desarrollar resiliencia y perseverancia.
Aprender de las críticas y utilizarlas para mejorar
Consideran la retroalimentación negativa como una herramienta valiosa para el crecimiento personal y profesional.
Ignorar el feedback negativo o tomarlo como un ataque personal
Las críticas son vistas como ataques personales, lo que les impide aprender de sus errores.
Encontrar inspiración en los éxitos de otros
Se motivan y alientan con los logros ajenos, viéndolos como ejemplos de lo que es posible lograr.
Sentirse amenazados por el éxito de los demás
Consideran el éxito ajeno como un reflejo de sus propias deficiencias, generando envidia y una mentalidad competitiva poco saludable.

Comprender estas diferencias es fundamental para fomentar una mentalidad de crecimiento, que es esencial para el éxito y el bienestar en todos los ámbitos de la vida.

La importancia de adoptar una mentalidad de crecimiento en el ámbito laboral.

Adoptar una mentalidad de crecimiento en el ámbito laboral va mucho más allá de una mera estrategia para alcanzar objetivos profesionales; es una actitud esencial para el desarrollo personal y la realización en el trabajo. 

En un entorno laboral que está en constante evolución, la capacidad de adaptarse rápidamente a nuevas situaciones y desafíos es crucial.

Los empleados con una mentalidad de crecimiento están mejor equipados para manejar cambios inesperados y aportar soluciones innovadoras.

Esta flexibilidad mental fomenta un entorno de trabajo dinámico y proactivo, donde la creatividad y la innovación prosperan.

Los retos y contratiempos son inevitables en cualquier carrera profesional. La mentalidad de crecimiento permite a los empleados ver estos obstáculos no como barreras infranqueables, sino como oportunidades para aprender y fortalecer sus habilidades

Es importante destacar que la mentalidad de crecimiento debe ser una elección personal. Si bien las organizaciones pueden y deben fomentar un entorno que apoye el desarrollo y el aprendizaje continuo, el cambio real y efectivo comienza con la decisión individual de cada empleado de adoptar esta mentalidad.

Caso real de resistencia al cambio en el entorno corporativo y la necesidad de agilidad emocional.

Antonio es el Director de Recursos Humanos de la sede española de una empresa extranjera consolidada con muchos años de trayectoria. Cuando tomó contacto conmigo, su petición fue clara, necesitaba mejorar la agilidad mental y emocional de sus empleados sin lo cual, podían peligrar puestos de trabajo. 

Ese año habían acompañado a los empleados con diferentes formaciones en “habilidades blandas”, liderazgo, procesos ágiles y comunicación. Pero a pesar de que las personas habían realizado con éxito varias jornadas de formación, poco o nada había cambiado el día a día.

El objetivo era urgente, preparar a los equipos a adaptarse a las rápidas transformaciones del mercado y fomentar un entorno de trabajo más innovador y dinámico, imperativo para poder conservar la competitividad en el mercado español. 

En cuanto empecé a desplegar el proyecto y a hablar con las personas, me encontré un obstáculo común pero complejo: la resistencia al cambio, especialmente por parte de los empleados con mayor antigüedad y experiencia. Llevaban muchos años en la empresa haciendo las cosas de una cierta forma, en un ambiente bastante paternalista y mostraban reticencia a adoptar nuevas metodologías y procesos. 

Ante este desafío, se hizo evidente la necesidad de escuchar a las personas para entender qué les estaba frenando a adoptar una mentalidad de crecimiento, más ágil y flexible.

Se implementaron diferentes sesiones grupales de coaching sistémico, antes que nada para ayudar en la toma de consciencia y la fijación de objetivos promovidos desde dentro del equipo más que impuestos desde la dirección. 

Combinando sesiones de coaching grupales e individuales con algunas píldoras formativas, los equipos entendieron la importancia de adaptarse y aprender de manera continua, ya no porque lo requería la organización, sino porque lo requerían ellos como empleados activos en un mercado en constante evolución.

Esta resistencia no solo provenía de un temor al cambio, sino también de una mentalidad fija arraigada que veía los nuevos desafíos como amenazas en lugar de oportunidades. El cambio de “mindset” no fue inmediato pero cuando ocurrió fue maravilloso ver cómo se iban contagiando unos a otros y como los equipos pudieron encontrar motivación, creatividad y una energía renovada.

La resistencia al cambio es habitual y tiene múltiples repercusiones negativas. En primer lugar, obstaculiza la implementación de nuevas estrategias y tecnologías que son cruciales para mantener a la empresa competitiva. Además, crea un ambiente de trabajo estático donde la innovación y la creatividad se limitan, afectando así el potencial de crecimiento y desarrollo tanto de los empleados como de la organización.

Este es un caso real que he tenido el honor de acompañar este año, y me consolida en mi convicción de que cuando ambas, los equipos y la organización se dan los medios de llevar a cabo procesos de cambio “de dentro hacia afuera” y no al revés, es decir generando un cambio real en la personas, la magia ocurre. 

Esto subraya la importancia de la mentalidad de crecimiento en el entorno corporativo y demuestra que ésta no solo beneficia a la empresa en términos de innovación y competitividad, sino que también enriquece a los empleados, potenciando su desarrollo personal y profesional.

Si te interesa esta temática, pregúntame sin compromiso acerca del programa “equipos motivados ante el cambio” y juntos hagamos una sociedad más ágil y resiliente. 

*Se ha cambiado el nombre para conservar la confidencialidad.

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