El mundo cambia rápidamente. Tan rápido que es difícil seguirlo. Cada día nos enfrentamos a miles de estímulos diferentes, a una digitalización cada vez mayor y a fuerzas de transformación cada vez más poderosas, tanto en el trabajo como en la sociedad en general.
Nuestra forma de vivir y trabajar, cada vez más frenética, nos exige una gran cantidad de energía y tiene efectos negativos en nuestro cuerpo, nuestra salud y nuestra calidad de vida.
Detrás de la fachada aparentemente atractiva de esta vida, a menudo se oculta un profundo vacío personal, que socava nuestro potencial humano, nuestra capacidad de experimentar placer y de alcanzar el éxito.
Ante este nuevo paradigma, muchos nos hacemos esta pregunta;
¿Cómo puedo vivir más ligero y trabajar de forma más inteligente en esta nueva normalidad?
👉 La respuesta es AQ, coeficiente de adaptabilidad o inteligencia adaptativa: la capacidad de ajustarse a circunstancias cambiantes.
Pero antes de ver en qué consiste el coeficiente de adaptabilidad, tenemos que ser conscientes del mundo en el que vivimos, nuestro ritmo de vida y los entornos en los que nos movemos, personal y profesionalmente.
El entorno actual y venidero
No sabemos exactamente como podrá evolucionar nuestra sociedad en los próximos años. Lo que podemos decir es que el cambio que hemos vivido en los últimos 30 años ha sido tan exponencial y rápido que no ha permitido una adaptación en las personas y una integración organísmica en la sociedad.
El concepto VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity) de los años noventa del que tanto hemos hablado para desarrollar la resiliencia al cambio, se quedó corto en 2020 con la crisis sanitaria, donde hablar de un entorno volátil y ambiguo ya no era suficiente para hacer frente a la complejidad que se presentaba.
Aparece entonces el término BANI (Brittle, Anxious, Nonlinear e Incomprehensible), que en español podemos traducir por frágil, ansioso, no lineal e incomprensible, para ayudar a entender el panorama general de esta época de caos.
La nueva perspectiva de entorno BANI no solo se caracteriza por la inestabilidad, sino que se trata de una realidad que se resiste a nuestros esfuerzos por entenderla.
BANI es una respuesta a situaciones que no solo son difíciles de prever y comprender, sino que son completamente caóticas, impredecibles e incomprensibles. Es decir, estamos en una época en la que es muy difícil encontrar un patrón o una explicación lógica para determinar el futuro.
En un informe del World Economic Forum en 2020 y otro realizado por McKinsey en 2021, se anunciaba que para 2025:
Ante esto, estar actualizados y prepararse para el cambio tanto a nivel personal como organizacional es imprescindible.
Tener una alta capacidad de adaptación a nuevas situaciones y buscar nuevas formas de entender y abordar los desafíos actuales ya no es opcional sino indispensable para seguir avanzando como individuos y como sociedad.
Adaptabilidad en las organizaciones
En este contexto las adaptabilidad en las organizaciones está ocurriendo a marchas forzadas. La mayoría de las empresas está necesitando efectuar diferentes cambios para seguir prosperando. Cambios en de estrategia, culturales, operacionales y un largo etcétera.
Si bien el tomar las decisiones oportunas es vital para darle a la empresa el giro que necesita, el problema reside en que son las personas las que in fine deben ajustarse y adaptarse para poder materializar dichos cambios.
💡 Hacer que una decisión tomada en una reunión del comité ejecutivo se lleve a cabo en el plano operacional, requiere que las personas de la organización adopten nuevos comportamientos y cambien su forma de hacer las cosas en el día a día. Ese es el verdadero reto (no eso).
Como lideres, tenemos la responsabilidad de ayudar a las personas a atravesar y superar esta situación de forma que todos podamos crecer y no desaparecer en el intento.
Todo buen líder sabe que las personas son el activo más valioso de una organización y por lo tanto solo hay una forma de sobrevivir: juntos.
Fomentar la adaptabilidad de los empleados es una de las mayores preocupaciones actuales en las empresas para enfrentar los desafíos y hacer frente al entorno en constante evolución.
Esto abarca todos los ámbitos del trabajo, tanto a nivel individual como colectivo. Las relaciones entre empleados, la forma de comunicar, el rol del líder, el posicionamiento del equipo en la organización etc.
Al estar abiertos a nuevas formas de trabajo y comunicación, los empleados pueden ayudar a la organización a mantenerse ágil y competitiva en un mundo empresarial en constante evolución.
🤔 ¿Cómo están las empresas acompañando a los empleados a superar sus resistencias al cambio y adoptar nuevos comportamientos?
El coeficiente de adaptabilidad AQ
La adaptabilidad es la capacidad de ajustar los propios pensamientos y comportamientos para responder eficazmente a la incertidumbre, la nueva información o el cambio de circunstancias.
Martin, Nejad, Colmar & Liem, 2013.
Durante mucho tiempo se consideró el coeficiente intelectual (IQ), que mide la memoria, el pensamiento analítico y la capacidad matemática, era la mejor (y única) manera de predecir nuestro desempeño laboral futuro.
En los años noventa se descubrió que el IQ solo era determinante en un 20% para el éxito, en los jóvenes que fueron monitoreados en un estudio realizado en la universidad de Yale.
Se añadió entonces a la ecuación la inteligencia emocional (EQ) como factor concluyente del éxito en la vida.
La inteligencia emocional se define como la capacidad de comprender y autogestionar las propias emociones, para poder crear y mantener mejores relaciones, así como habilidades interpersonales para promover una comunicación más eficaz.
Actualmente, con el cambio constante y el impacto de la tecnología en el mundo laboral, las habilidades que necesitamos para tener éxito y prosperar en el mercado laboral están variando.
En otras palabras, el panorama laboral actual está evolucionando rápidamente y las habilidades que antes eran suficientes pueden no serlo en el futuro.
Aquí es donde entra en escena un tercer componente esencial del éxito profesional y personal en nuestra actualidad y de cara al futuro: el coeficiente de adaptabilidad (AQ) o también conocido como inteligencia adaptativa.
El coeficiente de adaptabilidad (AQ) es un término que se refiere a la habilidad de una persona para superar los desafíos y asimilar los cambios, demostrando capacidades adaptativas, siendo flexible y capaz de ajustarse a las nuevas circunstancias.
En resumen, el AQ mide la capacidad de una persona para adaptarse al cambio y trabajar eficazmente en situaciones en constante evolución.
«El IQ es lo mínimo que necesitas para conseguir trabajo, pero el AQ es qué tanto éxito tendrás con el tiempo»
Natalie Fratto, vicepresidenta de Goldman Sachs.
“5.670 ejecutivos calificaron globalmente las habilidades conductuales como las más críticas para la fuerza laboral actual, y la principal de ellas fue la «disposición a ser flexible, ágil y adaptable al cambio»
Estudio de IBM
Cómo desarrollar el coeficiente de adaptabilidad AQ
Habiendo visto qué es el coeficiente de adaptabilidad y por qué es tan importante, veamos distintas formas de construir tolerancia a la ambigüedad y desarrollar la adaptabilidad AQ.
La creación de un nuevo mindset o mentalidad es importante para mejorar la adaptabilidad en un entorno cambiante.
La mentalidad se refiere a las actitudes, creencias y valores que influyen en la forma en que las personas ven y responden a las situaciones y desafíos.
A continuación te damos algunas pistas de los comportamientos que puedes adoptar para mejorar tu adaptabilidad
1. “¿Y si…?” fuerza a tu cerebro a simular
Cuando nos hacemos preguntas del tipo «¿y si…?» estamos obligando a nuestro cerebro a imaginar algo que hasta ahora no ha contemplado.
Salir de su zona de confort y considerar posibilidades y escenarios diferentes a los que ya conocemos, es el primer paso para prepararnos a situaciones futuras diferentes y mejorar nuestra adaptabilidad.
Además, hacerse preguntas del tipo «y si…» también puede ayudarnos a desarrollar una mentalidad de aprendizaje continuo y mejora constante. Al considerar diferentes posibilidades y escenarios, podemos identificar áreas de mejora y oportunidades de crecimiento.
2. Aprender a desaprender
Desaprender es la capacidad de replantearse el statu quo, reevaluar habilidades o ajustar viejas metodologías que ya no son pertinentes. Te da la posibilidad de mantener la mente abierta hacia lo que crees que sabes y aceptar que ahora puede estar equivocado.
No tengas miedo a añadir, borrar o modificar la información de tu base de datos mental. Ten en cuenta que nada es inamovible. Para desaprender viejas pautas de comportamiento, debes debatir y considerar perspectivas opuestas y alternativas.
También puedes hacer experimentos rápidos con nuevas habilidades, tecnologías, procesos, comportamientos o programas informáticos.
Como directivo, puedes organizar talleres para que tu equipo encuentre soluciones que tiendan puentes entre demandas contradictorias y empujar a tu equipo a considerar perspectivas alternativas con determinación.
Aprender a desaprender es vital para desarrollar AQ.
3. Explora nuevos caminos
No te precipites a solucionar las cosas con lo que sabes, explora nuevos caminos.
La adaptabilidad implica ser capaz de ajustarse a las nuevas condiciones y cambios en el entorno, lo que requiere de una actitud abierta a la exploración de nuevas ideas y enfoques.
Ayuda, en este sentido, ser una persona curiosa, ya que ayuda a descubrir nuevas perspectivas y enfoques, y a desarrollar nuevas habilidades.
Estar dispuesto a probar cosas nuevas y experimentar diferentes enfoques puede ayudar a identificar lo que funciona y lo que no, y a descubrir nuevas formas de hacer las cosas.
4. Pide feedback y adapta de forma proactiva
Si tenemos la suerte de disfrutar de un entorno de trabajo constructivo, estaremos acostumbrados a recibir feedback, pero pedirlo de forma proactiva, es una habilidad que no a todos les resulta natural.
En ocasiones, saber pedir la opinión de compañeros o superiores, puede ser clave para aprender y mejorar. Podemos obtener información valiosa sobre nuestro desempeño y áreas de mejora.
Es importante recordar que el feedback no siempre será positivo, pero debemos estar dispuestos a recibirlo y usarlo para mejorar. Puede ayudarnos a identificar oportunidades y tomar medidas antes de que sea demasiado tarde.
5. Permítete no saber
En algunas ocasiones es importante aceptar y reconocer que no se tiene conocimiento o información suficiente sobre un tema o situación determinada.
Es de Perogrullo recordar que nadie puede saber todo sobre todo, y que es natural tener áreas de conocimiento en las que se tiene menos experiencia o información.
La actitud de permítete no saber puede ser útil en varios sentidos.
En primer lugar, puede ayudar a evitar la arrogancia y la presunción, que pueden ser contraproducentes en situaciones en las que se necesita aprender de los demás o trabajar en equipo.
En segundo lugar, puede motivar a las personas a buscar información adicional o asesoramiento de expertos, lo que puede ayudar a mejorar su comprensión y toma de decisiones.
Esto no significa renunciar al aprendizaje o a la búsqueda de información. Por el contrario, implica reconocer que siempre hay cosas nuevas que aprender y estar dispuesto a hacerlo de manera activa y continua.
6. Desarrolla una mente calmada
Mantener la calma frente a las situaciones de estrés y conservarse centrado ante la dificultad es una competencia que rara vez puede improvisarse.
Gestionar las emociones negativas que pueden surgir espontáneamente en los procesos de cambio, como la frustración o el miedo, puede marcar la diferencia para atravesar una situación donde reina la incertidumbre.
Tener una práctica personal de meditación, mindfulness, artes marciales o cualquier otra herramienta que te ayude a conectar con tu fuerza interior, se prepara para afrontar con mayor temple las situaciones difíciles.
Aunque muchas empresas ponen a disposición de sus empleados diferentes recursos y facilidades en este área, la práctica para desarrollar una mente calmada es ante todo una decisión personal y requiere de una ejecución asidua y continuada.
Si lo conviertes en una actividad cotidiana, será un recurso valioso cuando las situaciones complicadas se presenten.
Conclusiones sobre el Coeficiente de Adaptabilidad
La adaptabilidad se ha convertido en la competencia básica del siglo XXI y es una de las top 10 competencias para el mercado laboral del futuro según el World Economic Forum.
Es una habilidad crucial para tener éxito en el entorno laboral actual, ya que las empresas necesitan trabajadores capaces de enfrentar y superar los desafíos en un mundo en constante cambio.
Por lo tanto, aquellos que son capaces de adaptarse rápidamente a los nuevos entornos y situaciones son altamente valorados en el mercado laboral.
Fuera de lo estrictamente profesional, la AQ también puede ayudarte a afrontar los retos de forma más eficaz, estable y serena. La flexibilidad, la curiosidad, el coraje, la resistencia y las habilidades para resolver problemas serán skills esenciales para maximizar el bienestar como individuo.
✍️ Actualmente estoy llevando a cabo en diferentes empresas talleres para desarrollar la adaptabilidad y la resiliencia en los equipos.
Si este es un tema que consideras relevante en tu vida, tanto a nivel profesional como individual, contacta conmigo sin compromiso para aprender a mejorar tu adaptabilidad, vencer la resistencia al cambio y abrirte a nuevas oportunidades.