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Hace algunas semanas escribí un post en Linkedin donde decía que nuestro cerebro solo es capaz de ver lo que de alguna manera ya conoce. Lo ilustraba con la conocida anécdota de las carabelas de Colón. Cuentan que cuando se acercaban a las islas del Caribe, los indios indígenas americanos no fueron capaces de verlas enseguida. Nunca antes habían visto barcos, por lo tanto, cómo su cerebro no tenía ningún conocimiento, ni ninguna experiencia anterior de la existencia de las carabelas, no podían verlas.

 Todos hemos tenido “carabelas” en nuestra vida profesional o privada que no hemos sido capaces de ver o que hemos visto demasiado tarde cuando ya no podíamos hacer nada. ¿Cómo es esto posible, el no ver lo que tienes delante? ¿Por qué ocurre esto y como evitarlo?

 

Nuestro cerebro capta mucha más información

por segundo de la que es capaz de procesar.

 

Constantemente está recibiendo y procesando millones de datos, tanto del ambiente externo a través de los 5 sentidos, como internos de los propios órganos, para conseguir la homeostasis de regulación interna. Los científicos dicen que el cerebro procesa unos 400 mil millones de bits de información por segundo, pero sólo somos conscientes de unos 2000 bits de esos 400 mil millones. Son en esos 2 mil bits donde se encuentra nuestra consciencia “consciente”.

Para ser lo más efectivo posible y poder cumplir con su función principal que es la de hacernos sobrevivir,

 

Nuestro cerebro toma atajos, asocia ideas, elimina y

distorsiona la información adaptándola a lo que ya conoce.

 

Estos filtros mentales se crean a partir de las experiencias que hemos vivido. La importancia que le damos a la información depende de lo que ya conocemos. La realidad tal y como la percibimos depende pues de nuestras capacidades, creencias, experiencias, valores, cultura, entorno y comportamientos aprendidos, entre otras muchas cosas. Si la realidad depende de todo eso, no estamos percibiendo la realidad, sino la imagen personal que nos hacemos de ella.

 

La realidad es aquello a lo que yo le presto atención”

decía William James,

 

filósofo y psicólogo americano profesor en Harvard y fundador de la psicología funcional. Esta es la razón por la que los indios indígenas americanos no vieron las carabelas acercarse, porque en su cerebro no existía ninguna imagen previa, experiencia o conocimiento de dicha figura sobre las aguas del mar.

 

Te doy 5 pistas para maximizar las oportunidades de ver lo que tienes delante, de ver esas “carabelas” en tu vida.

 

1.Pon en duda tu realidad

Los seres humanos queremos tener el control de la situación y lo hacemos pensando que llevamos razón y que las cosas son como las vemos. Aceptar que la realidad no existe y que es una construcción personal que cada uno nos hacemos, es la primera lección de humildad que tenemos que aprender. No, tu realidad no es la “correcta”, ni la única, es simplemente una más, admítelo.

2. Aprende a escuchar

Una vez que eres capaz de poner en duda tu realidad, automáticamente aumenta tu curiosidad por la realidad de los demás. Interesarse de forma real y genuina en las personas que te rodean: hacer preguntas abiertas y escuchar de manera activa, puede abrirte ventanas de conocimiento inesperadas.

3. Observa como un niño

Los grandes genios de la historia, como Leonardo da Vinci, Thomas Edison o Galileo Galilei descubrieron sus hallazgos gracias a una profunda observación de la naturaleza y del entorno. Observar, intentar, aprender de los fracasos y perseverar es lo que fomenta la creatividad.

4. Ten nuevas experiencias

La ciencia ha demostrado que tener nuevas experiencias hace aumentar la materia gris y blanca en nuestro cerebro, ambas relacionadas con la inteligencia y la memoria. Tener nuevas experiencias no tienen porque ser grandes cosas, a veces puede ser simplemente tomar un nuevo camino para ir a la oficina o para volver a casa. Lo importante es estar abierto a probar nuevas cosas, nuevas rutas y nuevas ideas.

5. Nunca dejes de aprender

Gracias a la neuroplasticidad cerebral descubierta estas últimas décadas por los científicos, sabemos que nuestro cerebro puede aprender a cualquier edad. Aprender es generar nuevas conexiones neuronales, es ampliar tu zona de confort.

 

“Aprender es darse cuenta de que algo puede hacerse de otra manera”

decía Fritz Perls, neuropsiquiatra y psicoanalista, padre de la terapia Gestalt.

 

En resumen, si quieres ser capaz de ver las posibles futuras “carabelas” en tu vida y no dejarlas pasar, te invito a activar estos 5 comportamientos concretos. Si te pones en duda, preguntas y escuchas, observas y amplias tu zona de confort, te abres a nuevas experiencias y adoptas una actitud de eterno aprendiz que te permita estar siempre aprendiendo, serás capaz de ver esas carabelas en tu vida y actuar en consecuencia.

A veces esas carabelas pueden representar aprovechar una nueva oportunidad profesional, o evitar la ruptura de una relación, o anticiparse a la competencia, corregir una estrategia o reconducir un equipo. Esta claro que estas 5 claves no te garantizan el éxito, pero lo que si es seguro es que, si vives anclado en tu verdad sin ponerte en duda, perderás ocasiones valiosas de crecer y ampliar tu experiencia de la vida.

 

¿Te imaginas cómo cambiaria tu equipo

si aplicaras estas cinco reglas en el trabajo?

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