+34 622 58 20 09 contacto@evaviedma.com

Todos hemos experimentado esos días en los que simplemente levantarnos de la cama parece una tarea titánica. Nos despertamos de mal humor, apagados, sin rumbo claro, y hasta llegamos a cuestionar nuestras decisiones, tanto personales como profesionales. Estos “días grises” no solo representan un desgaste emocional, sino que pueden tener un impacto directo en nuestro rendimiento laboral. Los factores que los provocan pueden variar, desde malas noticias y conflictos familiares hasta el estrés acumulado por el ritmo frenético del trabajo diario. Aunque intentemos evitarlos, son más comunes de lo que creemos y, sorprendentemente, son fundamentales para nuestro crecimiento y evolución.

En la vida todo son ciclos; todo tiene su ritmo. Así como los proyectos tienen altos y bajos, nuestras emociones también fluctúan, afectando cómo interactuamos con nuestros colegas y cómo enfrentamos nuestras responsabilidades. Es común que en estos días resulte difícil conectar con emociones positivas como la gratitud o la motivación, lo que puede llevar a un descenso en la productividad y a una percepción negativa de nosotros mismos. Sin embargo, lo importante es recordar que podemos gestionar estos días de manera proactiva, tanto para nuestro bienestar personal como para mantener nuestra eficacia en el trabajo.

Consejos para Mejorar el Estado de Ánimo en los Días Grises

Existen diversas acciones que pueden influir positivamente en nuestro estrado de ánimo. A continuación, te comparto algunos consejos prácticos que pueden ayudarte a gestionar mejor esos días difíciles:

  1. Reconoce y acepta tus emociones: El primer paso para gestionar un día gris es aceptar que te sientes mal. Esto no significa que debas resignarte o dejar que tus emociones afecten negativamente tu rendimiento, sino reconocer la realidad tal y como es. Aceptar tus emociones te permite liberarlas y transformarlas en una fuente de claridad y fuerza, lo cual es crucial en un entorno laboral donde la toma de decisiones y la interacción efectiva son esenciales.
  1. Tómate un respiro en el trabajo: A veces, lo único que necesitamos para recuperar la motivación es hacer una pausa. Si es posible, sal a caminar durante unos minutos, medita en tu escritorio o simplemente siéntate en silencio para escuchar los sonidos a tu alrededor. Estas pequeñas pausas pueden ayudarte a calmar la mente y centrarte nuevamente, lo que te permitirá volver a tus tareas con una perspectiva renovada y más positiva.
  1. Se amable contigo mismo: Practicar la autocompasión es especialmente importante en un entorno laboral competitivo y exigente. Nos referimos aquí a la autocompasión como una actitud de bondad y comprensión hacia uno mismo, similar a cómo tratarías a un colega que está pasando por un mal día. En lugar de criticarte por no estar al 100%, permítete reconocer que todos tienen días difíciles y que está bien no ser perfecto todo el tiempo.
  1. Acércate a la Naturaleza: Si tienes la oportunidad, intenta conectar con la naturaleza durante tu jornada laboral. Puede ser algo tan simple como salir al parque más cercano durante la hora del almuerzo o incluso observar el paisaje desde la ventana. Estos momentos de conexión con la naturaleza pueden ayudarte a reducir el estrés, mejorar tu concentración y volver al trabajo con una mente más tranquila y enfocada.
  1. Prioriza tu Cuidado: En un día gris, es esencial que priorices tus tareas. En lugar de intentar hacer todo a la vez, enfócate en lo más importante y deja las tareas menos urgentes para otro momento. Dedica tiempo a hacer algo que te guste, como leer un artículo interesante o compartir una charla con un colega de confianza. Estas pequeñas acciones pueden elevar tu ánimo y ayudarte a mantener una actitud positiva en el trabajo.

¿Cómo desconectarse durante la pausa vacacional? Guía para un descanso total

Si no te cuidas a ti mismo, ¿quién lo hará?” – Virginia Woolf

Al aceptar que te sientes desmotivado o abrumado, das el primer paso para identificar la raíz del problema. Este ejercicio de autodiagnóstico emocional te permite entender mejor tu estado de ánimo y evitar que las emociones no reconocidas se acumulen y sobrecarguen, interfiriendo con tu capacidad para cumplir con tus responsabilidades laborales.

Un viaje de autodescubrimiento

Cada emoción que experimentamos tiene una razón de ser que va más allá de las circunstancias superficiales. Explorar el origen de estas emociones es una de las prácticas más poderosas y transformadoras que podemos emprender para nuestro crecimiento personal y profesional. 

No se trata solo de reaccionar ante un proyecto difícil o un conflicto con un colega, sino de profundizar en lo que realmente está ocurriendo en nuestro interior. ¿Qué expectativas, creencias o inseguridades subyacen a esas emociones? ¿Cómo se relacionan con nuestras experiencias pasadas o con la visión que tenemos de nosotros mismos en el ámbito laboral?

Cuando sentimos estrés por un proyecto desafiante, es fácil atribuirlo simplemente a la carga de trabajo o a la complejidad de la tarea. Sin embargo, al profundizar, podemos descubrir que este estrés está vinculado a algo más profundo, como el temor al fracaso, la necesidad de aprobación o la presión por mantener una imagen de competencia y eficiencia. Del mismo modo, un conflicto con un colega puede desencadenar sentimientos de frustración o enojo que, en la superficie, parecen ser una respuesta directa a una situación puntual. Pero, si exploramos más a fondo, podríamos encontrar que estos sentimientos están enraizados en experiencias pasadas de rechazo, inseguridad o incluso en la lucha por establecer nuestro valor dentro del equipo.

Este proceso de autodescubrimiento requiere tiempo, paciencia y una disposición para enfrentarnos a nosotros mismos con honestidad. No siempre es fácil, ya que a menudo preferimos mantenernos en la superficie, evitando mirar demasiado de cerca las partes de nosotros que consideramos incómodas o dolorosas. Sin embargo, es precisamente en esta exploración donde reside la posibilidad de un cambio significativo y duradero.

Autocuidado: tu mejor aliado

Las presiones laborales, las responsabilidades familiares, y las preocupaciones financieras se acumulan, llevándonos a menudo al límite de nuestras capacidades emocionales y físicas. En medio de este ajetreo constante, es fácil olvidar lo más esencial: el cuidado de nosotros mismos.

El autocuidado no es solo un conjunto de actividades agradables; es una forma de reafirmarnos en los momentos en que nos sentimos más vulnerables. Hacer ejercicio, por ejemplo, no solo mantiene nuestro cuerpo en forma, sino que también libera endorfinas, que actúan como antídoto natural contra la tristeza y el estrés. Aunque puede ser difícil encontrar la motivación para moverse en un día gris, incluso una breve caminata al aire libre durante la jornada laboral puede tener un impacto significativo en tu estado de ánimo y productividad.

Manejar el estrés es otra pieza clave del autocuidado en el trabajo. La tristeza o desmotivación a menudo magnifica nuestras preocupaciones laborales, haciendo que problemas pequeños parezcan insuperables. Practicar técnicas de relajación, como la meditación o la respiración profunda, nos ayuda a crear un espacio mental donde podemos procesar nuestras emociones sin sentirnos abrumados por ellas, permitiéndonos mantener la calma y la claridad en situaciones desafiantes.

En los días grises, es fácil aislarse y evitar el contacto social, pero cultivar relaciones positivas en el trabajo es una de las formas más efectivas de contrarrestar la tristeza. Hablar con un colega de confianza, incluso si no es para encontrar una solución, sino simplemente para compartir cómo te sientes, puede aliviar la carga emocional. No se trata de aparentar que estás bien, sino de permitirte vivir ese momento de vulnerabilidad con aquellos que te apoyan.

Participar en actividades que te brinden placer, como leer un artículo interesante relacionado con tu campo, escuchar música relajante durante las pausas, o disfrutar de un café mientras reflexionas sobre tus logros, también es un acto de autocuidado en tiempos de tristeza. Estas actividades te conectan con tus fuentes de alegría, recordándote que, incluso en los momentos más oscuros, hay pequeños rayos de luz que pueden elevar tu ánimo.

Es crucial entender que el autocuidado en los días grises laborales no es egoísmo; es una necesidad y un acto de amor propio. Es una práctica que nos permite recargar nuestras fuerzas, reconectar con nosotros mismos y prepararnos para enfrentar los desafíos del trabajo con una perspectiva renovada. Cuando cuidamos de nosotros en estos momentos, estamos estableciendo una base sólida desde la cual podemos reconstruirnos, permitiéndonos eventualmente salir de esa oscuridad y engancharnos de nuevo con nuestras responsabilidades laborales de manera plena.

De lo malo también surge lo bueno en el trabajo

De cada situación se puede aprender, incluso de lo malo. Los momentos en los que sentimos que no hay salida o que el mundo laboral nos pesa, son precisamente situaciones de las que aprendemos más. Estos días difíciles son oportunidades para conocernos mejor, crecer profesionalmente y desarrollar la resiliencia emocional necesaria para enfrentar los desafíos en el trabajo.

¿Quieres aprender a gestionar mejor tus emociones en el trabajo? Juntos podemos explorar tu mundo emocional y encontrar la mejor manera de regularlo. Estoy aquí para ayudarte a mejorar esos aspectos de tu vida profesional que quieres cambiar, pero no sabes por dónde empezar.

Contactez moi

Je suis à disposition d’ENTREPRISES et de PERSONNES pour les accompagner dans la réalisation de leurs objectifs, augmenter leur bien-être et leur plénitude personnelle. Je t’invite à faire le premier pas et me contacter pour découvrir "comment" nous pourrons le faire. Je t'attends !